jueves, 18 de junio de 2015

MARÍA BEATRIZ "MARIÉ", Y EL ESTADO

Misión Nueva Pompeya, 18 de junio de 2015.


Adelante,"Chiqui", en el medio "Marié", y atrás su hermano "Chaco".
Comparto publicación por cuanto que "Marié", M. B. C., y su familia ha sido vecina, haber compartido infancia con mi hijo menor, prácticamente se pasaban, junto con sus hermanitos todo el día y todos los días, a veces dormían en nuestra casa, comían, jugaban, y tantas historias. Hace poco fueron a vivir a otro Paraje, y no supimos más nada. Fue una menor, inocente, su vida se terminó temprano de una manera atroz, la ferocidad de la vida... El Autor.

"Marié" en un cumpleaño.

  MARÍA BEATRIZ Y EL ESTADO Por Claudia Rafael. Orígen: http://www.pelotadetrapo.org.ar/2013-09-05-12-30-19/2015/2551-el-estado-de-mar%C3%ADa-beatriz.html

(APe).- María Beatriz Carrizo no llegó a tiempo a los festejos. La ecos de la revolución, 205 años después, no tuvieron en cuenta ni su corta vida ni su muerte temprana. A los 15 años, madre de un bebé de ocho meses, María Beatriz murió “de enfermedad”. Como Néstor Femenía. Como tantos. Enfermedad, suelen decir ciertas partidas de defunción. Paro cardiorrespiratorio, cuentan otras, como si el 100 por ciento de la humanidad no detuviera los latidos de su corazón en el estertor último. María Beatriz Carrizo no lo imaginaba siquiera. Ella era el Estado, según dijo su presidenta y según escuchó alguna vez en la escuela, a la que aún en los últimos tiempos seguía yendo con su niño en brazos. “El rol del Estado es fundamental y el Estado somos los 40 millones de argentinos”, aseguró Cristina Fernández de Kirchner mientras inauguraba un hospital en Mendoza. Un hospital como el que no hay en Misión Nueva Pompeya, porque el que está allí se llueve, no tiene medicamentos, tiene un aparato de radiología que no funciona, los médicos se fueron porque no cobraban desde hacía meses.
Fue el 24 de mayo, un día antes de los grandes festejos, en que María Beatriz Carrizo fue subida a una camioneta del Municipio porque el hospital tampoco tiene ambulancias. Y simplemente murió en el camino a Castelli, rumbo a un hospital al que nunca llegó. Porque los caminos son intransitables y María Beatriz, conectada a un tubo de oxígeno en la caja de carga de la camioneta municipal murió rodeada de su niño, de su madre y de una enfermera.
María Beatriz Carrizo concibió a su niño cuando apenas tenía 13 años. Con una precocidad sexual propia de los pobres, hubieran dicho los camaristas Horacio Piombo y Benjamín Sal Llargués. Que eligen nacer, vivir y morir en los márgenes, culpables culturales de un destino que forjaron a fuerza de ser –como el resto de los 40 millones de argentinos- feroces caras visibles del Estado porque, como cantinela sistémica, “el Estado –cuenta la vieja leyenda- somos todos”.
Tenía el enorme privilegio, como un millón y medio más de argentinos (según estadísticas oficiales del Ministerio de Salud) de ser chagásica.
Cristina F. convoca a “discutir en serio sobre el Estado”. Parte de esa base mitológica de insistir en la corresponsabilidad colectiva sobre el Estado. Lejos, muy lejos de aquella vieja definición de Lenin de que el Estado es el instrumento para la dominación de una clase por sobre otra. O de la de Rosa Luxemburgo cuando escribía que “el Estado actual es, ante todo, una organización de la clase dominante, y si ejerce diversas funciones de interés general en beneficio del desarrollo social es únicamente en la medida en que dicho desarrollo coincide en general con los intereses de la clase dominante”.
El Estado permitió que María Beatriz muriera de “enfermedad”. Que no tuviera la medicación necesaria para salvarla. Que ante cada recaída, se le aplicara suero para que volviera a su vida de siempre. Con su mochila de olvidos sistémicos a cuestas. Que no hubiera médicos que la atendieran. Ni un hospital con las mínimas garantías para su vida. Ese mismo Estado es el que avaló que no hubiese ambulancias en Misión Nueva Pompeya. Y que los caminos fuesen territorios inhóspitos e intransitables que ante la mínima lluvia atraparan a una camioneta municipal como aquella en la que se trasladaba a la muchacha. Que finalmente murió lejos de otros brazos del Estado que cuentan con aparatología, bienestar, remedios, alimentos, médicos, techos que no se llueven, abrigo, leyes favorables.
Persiste para las maríabeatrices un higienismo social propio del capitalismo que todo el tiempo amenaza a los desarrapados con su espada de Damocles. Que las hunde en este tiempo y en esta tierra fértil para los naufragios, que les va talando el porvenir y las devora sin piedad. Que les sella desde su mismo nido la marca indeleble de los expatriados de la vida.
Edición: 2933

domingo, 31 de mayo de 2015

Aborígenes: Duras críticas al anteproyecto de la Propiedad Comunitaria

Misión Nueva Pompeya, 30 de mayo de 2015

Aborígenes: Duras críticas al anteproyecto de la Propiedad Comunitaria

“Representa un retroceso para los Derechos Indígenas”, resaltaron desde Endepa • Participaron de la reunión representantes de comunidades mbya de distintas localidades de la provincia de Misiones • 

POSADAS. En la sede del Equipo Nacional de Pastoral Aborigen (Endepa), se llevó a cabo una reunión en la que se analizó el anteproyecto de Ley de Propiedad Comunitaria Indígena (LPCI). Participaron representantes de comunidades mbya de distintas localidades de la provincia, integrantes del Equipo Misiones de Pastoral Aborigen y la coordinadora nacional de Endepa, María Josefa Ramírez.
En la ocasión, la abogada Stella Marys Martínez- integrante de la Asesoría Jurídica de Endepa y de la Asociación de Abogados/as de Derecho Indígena- brindó una charla explicativa en relación a los artículos del anteproyecto de LPCI, y expuso una serie de observaciones críticas al respecto. Posteriormente, se abrió un debate en el cual se oyeron distintas posturas y propuestas en torno al texto analizado. 
Finalmente, las autoridades presentes firmaron una carta dirigida al Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (Inai) -organismo promotor del anteproyecto que el próximo mes será presentado al Poder Ejecutivo Nacional- solicitando que se habilite una instancia de información y consulta real, abierta y participativa a los Pueblos Indígenas para la debida discusión del anteproyecto, por fuera de los apuros electorales. Además, dejaron en claro que el denominado Consejo de Participación Indígena “no es un organismo de consulta válido”. 

Consulta
“El Estado está obligado a consultar a los pueblos indígenas acerca de este anteproyecto y de todo lo concerniente a sus territorios, caso contrario, este procedimiento carecerá de valor. Esa consulta tiene que ser a través de procedimientos apropiados, de buena fe, conforme a las pautas culturales de cada comunidad, no que vengan a imponer tiempos, formas y representantes. Tiene que haber información suficiente sobre el contenido del proyecto en su totalidad y un contexto apto para un análisis y discusión seria al respectó”, observó Martínez. 
En este sentido, la letrada explicó que si bien “no tenemos una ley de consulta, tenemos pautas claras en el Convenio 169 de la OIT y en la Declaración Universal de Derechos Indígenas, además de fallos de la Corte Interamericana. Estas son pautas que pueden y deben aplicarse. No es una excusa para no abrir canales de consulta real el decir que no hay una ley de consulta, porque hay parámetros internacionales que expresan incluso cómo debe ser la consulta. Además tiene que existir el consentimiento de los Pueblos Indígenas para que este anteproyecto se convierta en ley. 
Tiene que haber aceptación con previa información plena. Hasta ahora el procedimiento que se viene dando con el anteproyecto de LPCI es violatorio de los derechos indígenas. Es el Estado el que con sus recursos debe garantizar la consulta”. 
Asimismo, la asesora jurídica de Endepa recordó que “también es necesaria la instancia de audiencia pública con participación de los pueblos indígenas, pero hay que tener en cuenta que la  audiencia pública no es la consulta, son dos instancias diferentes”.
Entre los principales artículos observados en el anteproyecto, la abogada Martínez resaltó que “falta nombrar la Ley 26.160 y la declaración de la ONU sobre Pueblos Indígenas, porque esa declaración es la más abarcativa, la que más ha avanzado en cuanto a reconocimiento de derechos indígenas. En toda la ley no se habla de esa declaración. Existe una marcada omisión. Además no hay referencias a procesos de restitución de territorios”.
 
Controversia
 
Uno de los puntos más controversiales del anteproyecto, es el artículo 2, que se refiere a “La propiedad comunitaria indígena es un derecho real autónomo, de carácter colectivo, de fuente constitucional y cuyo régimen es de orden público”. Sobre ello, Martínez dijo que “es controversial, limita derechos sobre la propiedad indígena y representa un retroceso en la materia, porque entiende a la propiedad indígena como un derecho real. Esta discusión ya había sido superada cuando las comunidades plantearon la inconstitucionalidad de considerar derecho real a la propiedad indígena cuando se discutió la reforma del Código Civil, por eso terminaron modificando el artículo 19 del Código. Ahora este anteproyecto insiste en considerarla un derecho real”.
 

martes, 26 de mayo de 2015

La celebración del acto de beatificación de Monseñor Romero, después de cumplir treinta y cinco años de su martirio,

Misión Nueva Pompeya, 25 de mayo de 2015.

El padre Romero

20 de Marzo de 2015 a la(s) 6:0 - Juan Medrano

La celebración del acto de beatificación de Monseñor Romero, después de cumplir treinta y cinco años de su martirio, es un hecho trascendente, que debería de llenarnos de júbilo a todos los salvadoreños, sin distinciones políticas y religiosas. Porque Romero es el salvadoreño universal por excelencia. Y será el primer santo de El Salvador.



Conocí al padre Romero, cuando siendo párroco de la Catedral de San Miguel llegó a visitarnos un sábado por la tarde. Nos reuníamos en la iglesia, junto con otros niños, para estudiar el catecismo, antes de hacer la primera comunión. En mi libro autobiográfico “Memorias de un guerrillero”, me refiero así a aquellos momentos: “Yo iba a misa todos los domingos a las ocho de la mañana, al inicio, porque mi madre me llevaba, después, porque me fueron gustando los sermones del padre Óscar Arnulfo Romero. En esa época, él era bastante conservador. Pasarían muchos años, antes de que asumiera el planteamiento cristiano progresista, de la opción preferencial por los pobres”.

Esta afirmación hecha en mi libro en 2006, de que la opción preferencial por los pobres es un “planteamiento cristiano progresista”, es un juicio político, muy limitado. Porque ¿qué es el cristianismo, desde los tiempos de las catacumbas? sino una opción preferencial por los pobres; en la que el martirio, como el de Monseñor Romero, es la forma última de manifestar la fe en Cristo.

Igualmente limitados y errados son algunos juicios que he escuchado de amigos de la izquierda, que consideran que su beatificación es un triunfo del movimiento popular. O del FMLN. Pero de la misma manera, he escuchado y leído juicios limitados y absurdos, de políticos y analistas de la derecha, que están muy preocupados por el uso político que puede hacer de este hecho el actual gobierno. Y otros, que francamente manifiestan su oposición a la beatificación y pronta canonización de Monseñor Romero porque lo consideran un golpe político en contra de ARENA. ¡Vaya ocurrencias! Como si la estatura del primer santo salvadoreño no estuviera por encima de todas esas pequeñeces y mezquindades políticas.

Sobre su martirio, en mi libro autobiográfico cito las palabras proféticas que él había dicho en sus homilías y entrevistas periodísticas unos días antes de morir: “He sido frecuentemente amenazado de muerte. Debo decir que como cristiano no creo en la muerte sin resurrección... El martirio es una gracia de Dios que no creo merecer. Pero si Dios acepta el sacrificio de mi vida, que mi sangre sea semilla de libertad... Si llegasen a matarme, perdono y bendigo a quienes lo hagan”.

Y para construir la escena perfecta del martirologio del futuro santo, sus asesinos le dispararon al corazón, en el preciso instante en que levantaba la ostia. Cuando el sacerdote recreando el milagro de Jesucristo, de ofrendar su cuerpo y su sangre por nuestra redención, dice: tomad y bebed, que esta es mi sangre... tomad y comed, que este es mi cuerpo.

Lo cierto es que la figura del santo se alza por encima de las diferencias de izquierdistas y derechistas, católicos y evangélicos, ricos y pobres. Y nos une a todos los salvadoreños, en torno a un único anhelo de grandeza y desarrollo de nuestro país, en paz y armonía.